Parecía que tanto posponer la fecha, que no queríamos que viniese. Nada de eso. Hay veces que surgen las cosas una detrás de otra y… por fin llegó el día de arzobispo paciente que llama una y otra vez a la puerta de sus hijas para ser acogido. Es la imagen del Señor, que también llama y llama al corazón de su criatura y espera pacientemente a que le abramos la puerta.

La visita estaba concertada para las 5, 30, mas a las 5,20 ya teníamos entrando en nuestro jardín el coche de D. Fidel. Saludos afables, apretones de manos y nos sentamos todas en la sala de estudio. Allí, después de los saludos correspondientes nos habló de sus cosas, de la diócesis etc.

Nos alargamos y… comenzamos las Vísperas y la Eucaristía con ilusión de ser presididas por nuestro obispo. Todo muy sencillo, como hacemos siempre las concepcionistas franciscanas, que tenemos un doble modelo: María la Señora del Sí, del dejarse hacer, de la Inmaculada; y la minoridad por ser franciscanas y fraternas.

Seguidamente pasamos a cenar. Todo muy sencillo y ameno, nos encontramos a gusto, como con un hermano querido que nos viene a visitar. Creo que nos sentimos todos de casa y felices de conocer un poco mas a D. Fidel, que ha sido puesto por el Señor al frente de nuestra Diócesis.

Esto nos sirve para amarnos más, para tener más presente en nuestro corazón y en nuestra oración todo lo que el Señor ha puesto en las manos de D. Fidel y de todos los sacerdotes de nuestra querida Diócesis.

¡Hasta otro día D. Fidel! Sabe dónde estamos y también sabe que tiene las puertas abiertas de nuestra morada y de nuestro corazón.

    Hnas. Concepcionistas Franciscanas – Convento de San Luis