-El dedo PULGAR es el que está más cerca de ti. Así que comienza orando por aquéllos que están más unidos a ti. Recordamos y oramos por los trabajos de los presentes y de los familiares y amigos. Rezar por los que conocemos es una dulce tarea.

-El próximo dedo es el ÍNDICE: Oramos por los que enseñan, por los que cuidan la salud en centros sanitarios, por los voluntarios que ayudan en muchos campos. Ellos necesitan apoyo, atención y medios para realizar bien su misión. Mantenlos en tus oraciones.

-El siguiente dedo es el MÁS ALTO (dedo medio). Nos recuerda a los gobernantes, a quienes tienen autoridad en las distintas administraciones y en los ámbitos económicos. Que promuevan el bien común, la justicia social, el destino universal de los bienes, el respeto a la dignidad y derechos de los trabajadores.

-El próximo dedo es el del ANILLO (ANULAR). Sorprendentemente, éste es nuestro dedo más débil. Él nos recuerda que oremos por los débiles en el mundo económico, por los parados, por las familias sin miembros con trabajo, por los trabajadores precarios, con contratos temporales y bajos sueldos. Ellos necesitan nuestras oraciones, nuestra solidaridad y nuestro compromiso.

-Y finalmente tenemos nuestro dedo PEQUEÑO, el más pequeño de todos. El meñique debería recordarte orar por ti mismo y por tu comunidad. Pide que sea una comunidad sensible, responsable y solidario con los trabajadores.