¿QUIÉN ERES, HERMANO FRANCISCO ? Defínete y dinos cómo te manifestarías en el hoy de la historia
Cuando te contemplo hoy, quiero ver tu pobreza, tu humildad, tu fraternidad, tu… alabanza al Dios Altísimo, a la creación…
¡Qué grande eres en tu sencillez! Los que te contemplamos hoy, quizá nos quedamos en admiración, en devoción, y no profundizamos con mas entereza en tu vida y el mensaje que nos quieres trasmitir, hoy, en el siglo XXI.
Dinos, Francisco, cómo tenemos que entusiasmarnos en la alabanza y glorificación por la creación, por el amor que depositas en todas las criaturas obra de Creador; por vivir esa entrega amorosa de cada instante, como lo hizo Mará, guardando todo lo de la vida, y sobre todo las palabras de su Hijo; mejor dicho: todas de la vida impregnadas de la presencia de su Hijo, Jesús.
Dinos, como encarnar la pobreza en nuestras vidas, hoy, – que tenemos de todo y nos quejamos de todo y añoramos más – Dinos como asumir esa pobreza que nos viene con la vida: en la enfermedad, en la falta de fuerzas en la ancianidad, en ver cómo merman las facultades, aumentan las dificultadas…Esa es la pobreza que tenemos en nuestras manos y que queremos asumir y ofrecer con alegría y aceptación. Creemos, Francisco, que esta es la verdadera alegría.
Dinos Francisco, cómo admirar la naturaleza y conservar todo con sumo cuidado y agradecimiento, conservándolo, cuidándolo, como nos dice constantemente el Papa Francisco en sus cartas, audiencias…¡Cuesta tan poco cerrar un grifo cuando se ha sacado lo suficiente! Pero nos hemos acostumbrado a despilfarrar, a no tener en cuenta, a derramar el agua, (que en definitiva es derramar la gracia, el don de Dios.) Nos hemos acostumbrado a vivir como ricos, que no aprecian el detalle , lo pequeño, la dádiva. Danos, Francisco, un poco de tu espíritu para saber apreciar lo pequeño, lo pobre, a vivir en gratuidad.
Dinos, Francisco, cómo deberíamos mirar al Crucificado, para que se imprimiera en nuestro corazón el dolor del mundo herido en el hoy de la historia, y le curásemos con la medicina de la intercesión, de la oración. Y a vivir una fraternidad universal que nos haga cada día mas hermanos.